
En 1990 y con la tutela de Bush padre, Estados Unidos, Bolivia, Colombia y Perú celebraron una primera cumbre antidrogas en Cartagena de Indias donde se impuso la erradicación forzada como mecanismo de coerción. Más de 15 años después, el problema de la droga subsiste y los grandes planes conducidos por los ejércitos gringos sólo se dedican a consumir millones en justificar la presencia de bases en territorios de la región. García, quien estuvo en esa primera cumbre, podría dar fe del fracaso del modelo antidrogas norteamericano si no estuviera detrás de su planteamiento de hacer una nueva cumbre mucho más amplia.
Utilizar un escenario internacional como la visita a Colombia para promover tal evento, conviene en la coyuntura de presión frente al TLC. Aparecer frente al gran aliado de Estados Unidos en Sudamérica es un mensaje de calma hacia los norteamericanos luego del acta de Tocache, de que en Perú la lucha contra el narcotráfico continuará como usted mande, Sr. Bush. Como continuará la aplicación de la política neoliberal sobre la cual los gobiernos de Perú y Colombia se mantienen adictos.
Aventurarse en un eje con Colombia marca el rumbo de la política económica que García pretende para el Perú y clarifica su lejanía con respecto a las opciones de la región. La distancia de gobiernos como Bolivia, Venezuela e incluso Ecuador, Argentina y Brasil aísla al gobierno peruano en una confusa relación con Colombia. Tal vez con Chile se hubiera pensado el englobe, pero con las dificultades que esta relación está trayendo Chile sólo podría ser un socio colateral, coyuntural pero no estratégico para García. El país del sur ha conseguido del nuestro lo que ha querido: cielos abiertos, TLC, beneficio de contratos para sus empresas, etc.; pero la situación limítrofe complica actualmente un acercamiento mayor. El gobierno peruano sigue en el intento de encandilar a Estados Unidos utilizando como trampolín los gobiernos aliados de la región y uno de los pocos que quedan es Colombia. Digamos que es la necesidad de buscar al menos un amigo en el salón de clases.
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