El presidente ha comenzado ofreciendo disculpas por los adjetivos propalados aunque no deroga decretos insultantes como el 982 que oficializa la judicialización de la protesta social para hacer respetar la autoridad que se ha mermado. Ha procedido a responsabilizar a los gobiernos regionales pues son ellos los que tienen la plata para la ejecución de las obras, sin señalar que las trabas administrativas son un escollo para ello. Nombró cómo logró haber sitiado a Machu Picchu como maravilla y orgullo nacional cuando entregó al país entero mediante la firma del TLC con Estados Unidos a cuyo Senado responsabilizó, dedo en alto, de la ratificación de este acuerdo. Ojalá se hubiese puesto así de machito, pensaba yo, para exigir que Chile extradite a Fujimori y no negarles el apoyo político que necesitaban los procuradores peruanos del caso. Esas son algunas perlas amén de la nula mención al cumplimiento de sus promesas de campaña como el impuesto a las sobreganancias. Pero lo que más llama ...
Articulos publicados en el Diario La República de Lima - Perú